Cuando he leído la lectura de Pere Pujolás sobre el aprendizaje cooperativo, he reconocido en mi formación a todos y cada
uno de los profesores y profesoras de los distintos tipos que presenta. Los
mejores recuerdos los tengo de una profesora de primaria que nos ponía en fila
y hacía competiciones. Del resto, la mayoría fueron de trabajo individual y la
verdad es que tengo una gran nebulosa. También fue hace mucho tiempo…
Si pienso en mi práctica educativa, creo que desde que empecé
a trabajar (1985) estuve organizando grupos, no sin grandes problemas en el
centro. En el curso 86-87 la Consejería del primer Gobierno Autónomo de
Canarias, ¡con un profesor de matemáticas a la cabeza (D. Luis Balbuena, recién
premio de Canarias)! nos aprobó un proyecto “El alumno, su medio y la
Matemática” , que coordinaba Esther García y donde participábamos 7
institutos de la isla, con más de 200 alumnos y alumnas. ¡¡Nos dieron un millón
de pesetas!! Aquél si fue un gran proyecto. Nos veíamos todos los lunes en el
recién estrenado CEP de Las Palmas de GC , en un grupo de innovación llamado Grupo Aleph. En esos cuatro años hicimos un montón de cosas. Era nuestro verdadero departamento y donde aprendíamos sobre proyectos, aprendizajes cooperativos... Hasta
salieron matrimonios de alumnos y alumnas de aquel proyecto. Esto lo cuento, no
sólo por nostalgia, sino porque todos tuvimos que solicitar a los claustros y
consejos escolares que nos dejaran trabajar en grupo y utilizar las
calculadoras en clase. ¡Se dice y no se cree! Cuando acababa mi clase, le pedía
siempre a mi alumnado que volviera a colocar las mesas y sillas de forma
individual y mirando a la pizarra, ya que era la condición que me había impuesto mi Consejo Escolar para el trabajo en grupos. ¡Alucinante!
Pues me sigo encontrando con algunas situaciones similares…
aunque ahora en el claustro y en el Consejo Escolar, se pide que el alumnado pueda utilizar el móvil para la clase de matemáticas…
Bueno, después de este relato, me queda decir que lo que
peor llevo es la evaluación de los grupos mientras están trabajando. Me resulta
muy difícil resolver dudas generales, atender a cada uno o una individualmente,
pasar lista… todos sabemos... e intentar estar además relajada para saber
escuchar… Por ello, ir encima con mi agenda, tamagochi o Tablet para anotar lo
de cada uno o una… es difícil y sobre todo me parece poco ético; ya que creo
que lo más importante en clase es escuchar y facilitar el aprendizaje.
¡Un saludo y hasta la próxima!
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